“Como jugador me costaba ver videos y hacer trabajos tácticos pasivos. No entendía para qué se hacían. Hoy lo considero una necesidad, pero lo tomo con muchas ganas. Hoy me gusta más el fútbol que cuando jugaba. Hoy disfruto más, me resulta natural ver un partido. Y lo hago con la cabeza de un técnico, buscando saber qué pasó”.
Palermo
“Aquellos que no fuimos futbolistas exitosos podemos llegar a ser técnicos porque somos apasionados por el fútbol, estudiosos del juego, y estuvimos vinculados siempre a este deporte. Hay que apuntar a ser líderes que podamos transmitir una idea”.
Sampaoli
“Tengo el curso de entrenador hecho y sé que no basta con lo que tienen todos. Haber sido jugador no te habilita a ser buen técnico. Veo mucho fútbol, miro entrenamientos, leo de táctica. No me cuesta; no estoy pensando en las 30 páginas que me faltan. Me metí en la neurociencia. Soy una persona cerrada, entonces hice coaching. Esos conocimientos se pueden usar también para manipular y obviamente no es mi idea. Te dan las herramientas para saber que si una persona tiene muchas fotos de su familia en una oficina, si le hablás de los hijos le sacás cualquier cosa”.
Erviti
“Antes bastaba con el recuerdo de haber hecho goles importantes para ser técnico. ‘Qué bien le pegaba a la pelota’, era lo primero que decían para creerlo buen entrenador. Hoy es necesario un conocimiento variado de psicología, pedagogía, técnica y estrategia. Ahí tenemos a Daniel Orsanic, que no fue un consagrado pero tuvo la capacidad de armar un equipo para ganar la Davis. Particularmente yo quise jugar. Pero cuando debía entrar en los clubes de AFA, me tocó el servicio militar y ya después me costó reinsertarme. Eso sí, me prometí seguir ligado al fútbol y llegar donde llegué”.
Kudelka
“Yo ya no puedo dirigir. No estoy en condiciones ni siquiera físicas. El Cholo Simeone corre a la par de ellos, si quiere entra a jugar. Es cierto que los de mi experiencia contamos con un plus. Lo que tenemos en el mate es difícil de superarlo”.
Basile
“Los técnicos jóvenes tenemos fuerza y entusiasmo. Nos sobra pasión y nos falta experiencia. Igual yo considero que el fútbol es apasionante y nosotros tenemos que transmitir pasión. Los jugadores lo sienten. A mí me gustaba que mis entrenadores me estimularan”.
Milito
“Empecé joven, apresurado, porque me llamaron de San Lorenzo. Pero cuando me fui de Banfield, me di cuenta que no alcanzaba con lo que tenía. Paré y me dediqué a aprender. Y me sirvió mucho viajar a Alemania y charlar con Jürgen Klopp, un tipo muy amable, con Marcelo Carracedo de traductor. Klopp habla mucho de filosofía, y a mí siempre me interesaron Nietzsche y Heidegger. Pero lo mejor que me dijo fue que como Dortmund es una zona minera con gente de clase media baja a la que le cuesta pagar la entrada, él consideraba que al público debían darles show”.
Méndez
“Mientras no trabajo, me desconecto. Me di cuenta que me sirve dejar de ver fútbol. Tomo carrera. Aprovecho el tiempo libre para viajar con mi señora, para cultivarme. Me mejora en lo que es el punto fundamental de nuestro trabajo: la relación con los jugadores. Cuanta más apertura tengamos, más podremos entender la cabeza de las distintas generaciones de los futbolistas. Me quedó de mi maestro Ramón Cabrero: sin timming con el jugador, el técnico pierde todo lo demás”.
Zubeldía